PROTECCIÓN ANIMAL
Los animales tienen derecho, al menos, a no ser torturados, a vivir en libertad, a que su hábitat sea preservado, a que no les cause dolor, a la satisfacción de sus necesidades básicas. Los seres humanos los hemos visto desde siempre como productos y recursos a nuestra disposición y esa es la mentalidad que los activistas por los derechos de los animales tratamos de cambiar. Quienes trabajamos en esta causa pretendemos que a los animales se les reconozca un valor a sus intereses y que éstos no puedan ser vulnerados para satisfacer nuestras necesidades, muchas veces superficiales.

Hay una necesidad urgente de tener un compromiso internacional de protección a los animales y sus necesidades de bienestar. Tal compromiso podría inspirar a dirigentes políticos, organizaciones y particulares a tratar mejor a los animales y será el principio del fin de la crueldad hacia los animales en todo el mundo.
El logro de tal compromiso en la forma de una Declaración Universal sobre Bienestar Animal (DUBA), es un trampolín vital para los cambios en las políticas y la legislación, para mejorar la aplicación y promover actitudes positivas hacia los animales en todos los rincones del mundo. Lograr esto en Naciones Unidas dará más impulso y seriedad para los gobiernos, y al igual establecerá el vínculo indiscutible entre el bienestar animal y la protección de las personas y del planeta.
Hablar de derechos para los animales es trabajar por un mundo más justo y con menos sufrimiento para todos. Si quienes nos critican por preocuparnos por los animales en lugar de hacerlo por los seres humanos supieran los beneficios del vegetarianismo, tanto para el medio ambiente, la salud y el hambre en el mundo, se darían cuenta de que nuestra labor es global, que lo que intentamos es humanizar a nuestra especie y al mismo tiempo proteger la vida natural en todas sus manifestaciones.
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